Belladona...

...deriva de Atropos la inevitable hija de la noche y Erebeo, la más vieja de las tres parcas encargadas de cortar el hilo de la vida. Las damas romanas usaban su jugo para embellecer su mirada, se vincula a una hechicera encantadora a la que es peligroso mirar, los sacerdotes romanos la bebían antes de hacer las súplicas de victoria a la diosa de la guerra. En las bacanales se mezclaba con vino y las ménades de las orgías dionisiacas, se arrojaban con los ojos dilatados a los brazos de los hombres que adoraban a este dios, o bien con los ojos de fuego, caían entre los hombres para despedazarlos y comérselos...

viernes, 18 de mayo de 2007

Ritual

Son las 8 de la mañana, las sabanas descansan sobre su piel, en penumbra el cuarto se deja inhundar por un dominó de luz. Abre los ojos, su mente está en blanco, sus músculos relajados, respira profundamente, nota como late su corazón, de fondo escucha una canción que hace que se ponga en marcha. Se deja llevar... pasan los minutos y el olor a café y tostadas va avanzando hasta invadir cada rincón del piso. Le gusta andar descalza para sentir el suelo bajo sus pies, el frío mármol contrasta con su taza caliente. Se ducha con agua fría para estar despejada, unos vaqueros, una camiseta de manga corta y sale a la calle con sus cascos puestos.
Mira hacia arriba, el cielo azul intenso y alguna nube blanca entre medias, camina rápido, con pasos largos y decididos, sus largas piernas hacen que casi vuele; el mundo se para y empieza a ir al ritmo de su música, eso solo lo sabe ella. Se cruza con los extraños conocidos de cada día, en el mismo lugar, a la misma hora, si algun día va tarde no hace falta que mire el reloj. Miradas encontradas que hablan sin pronunciar palabra, miradas que la siguen, complices por el momento, saludos ocultos en el brillo de los ojos.
El sol roza su piel y siente su calor, su destino está cerca, aminora el paso para disfrutar de las sensaciones, es su mejor momento del día...Llega al hospital, baja las escaleras mirando sus graciosos zapatos rojos, entra al gimnasio derrochando vida y mientras se cambia...mantiene en su memoria la última canción que escuchaba para poder abstraerse y recuperar la paz con la que ha empezado el día sin que nadie se entere.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Buenas,
Gracias por tu post, por fin Marthita y yo tenemos alguien al que contarle nuestros instintos, nuestro deseo, nuestra aventura... nuestra chulería.
Y los días bonitos no son esos en los que el mundo se arregla, eso no existe. Los días bonitos son esos en los que tu mundo es armónico y el resto da igual como esté. El optimismo es individual, pero también influye en el conjunto.
Qué viva el mundo de color de rosa, el sexo impulsivo y el ser capaces de reinventarnos todos los días.
Un beso.

Anónimo dijo...

Me encanta, eres una maquina, felicidades.
yo no se escribir, pero me alegra que me hayas enseñado tu mundo secreto...
gracias.
tk! bexis
Chouka_chan