Belladona...

...deriva de Atropos la inevitable hija de la noche y Erebeo, la más vieja de las tres parcas encargadas de cortar el hilo de la vida. Las damas romanas usaban su jugo para embellecer su mirada, se vincula a una hechicera encantadora a la que es peligroso mirar, los sacerdotes romanos la bebían antes de hacer las súplicas de victoria a la diosa de la guerra. En las bacanales se mezclaba con vino y las ménades de las orgías dionisiacas, se arrojaban con los ojos dilatados a los brazos de los hombres que adoraban a este dios, o bien con los ojos de fuego, caían entre los hombres para despedazarlos y comérselos...

domingo, 27 de mayo de 2007

¿ Dónde están las alas?

De pequeños no las tenemos, necesitamos a alguien que nos de la mano y nos ayude a descubrir el mundo, a veces caminando,otras veces en brazos de los que sí vuelan. Así van pasando los días, los meses...los años. Empezamos a andar solos, pero todavía no volamos, ni siquiera nos paramos a pensar en esa posibilidad, no nos importa, estamos en nuestro mundo de canicas, juguetes y carreras con nuestros amigos,que en ese momento son para toda la vida. Todos estamos al mismo nivel, somos felices. Conforme vamos creciendo se van abriendo nuevos caminos que explorar, empezamos a tener alas, son pequeñas y no tienen mucha potencia, con ellas podemos volar a ras de suelo, aunque no podemos llegar demasiado lejos. Hay veces que volamos, nos alejamos demasiado y luego no podemos regresar, y tienen que volver a por nosotros. Pero seguimos siendo felices, seguimos sin ver los límites por que aun no pedimos cosas del cielo.
Pero seguimos creciendo, y tenemos ganas de vivirlo todo, de reirnos, de pasarlo bien, de experimentar...va llegando la hora de volar solos pero ¿ dónde están las alas? ¿Nacen solas..? O..¿están guardadas en una caja debajo de la cama de los que hace años te daban la mano para andar? Creo que en parte la vida y la experiencia hacen que nazcan, pero no basta con eso. Podemos volar, si, pero antes de despegar encontramos obstáculos, trabas y malas caras, demasiada protección...y así uno no vuela agusto, tiene mil cosas en la cabeza y al final no disfruta del momento. Esas nubes negras que rondan la cabeza mientras volamos intentan protegernos, pero no se dan cuenta que tenemos unas alas preciosas que queremos desplegar, y no podemos por que chocan contra el techo de la burbuja que nos envuelve. Por otra parte, no se nos puede olvidar la caja de debajo de la cama,no podemos dejar que coja polvo, el tiempo pasa y hay vuelos que solo se pueden hacer una vez pero cuando queremos cojer la caja nos dicen que no es el momento, ¿y cuando llegará? Quieren que volemos mejor que ellos lo hicieron, pero esa es su forma de pensar, el aire no es el mismo, ha cambiado y mucho...pero son sus principios y no van a acostumbrarse.Tienen miedo de que choquemos y caigamos pero si eso ocurre volveremos a levantarnos y no nos pasará más. De eso se aprende mucho.

Yo quiero cambiar de aires, renovarme y volar...Las alas me han crecido pero no me las quieren dar, así que tendré que robarlas, desplegarlas con fuerza, explotar esa burbuja y hacerme amiga del tiempo.



lunes, 21 de mayo de 2007

Esperando el autobús

Ajena al mundo, feliz y con banda sonora. La miro, me mira, a veces solo existe por mí y yo solo me muero por ella; me envuelve y entro en otro mundo, lo mundano queda en segundo plano y mi mente vuela, recuerdos vienen a mí, memorias infinitas, la realidad se paraliza mientras desaparece entre los mástiles de la ciudad para reaparecer por cualquier rincón cuando menos me lo espero y provocarme una sonrisa inocente.

Pájaros de hierro intentan tocarla cada noche, pero no pueden igualarla, han querido conquistarla, no valió la pena, a mi no me la venden y aunque pises sus entrañas jamás podrán controlar su magia, mi magia.

Ahí donde estuvo su haz, solo hay oscuridad, no estaría mal una oscuridad absoluta y temporal para admirarla en todo su esplendor junto a sus luciérnagas estrelladas que la acompañan cada noche aunque no se dejen ver; al igual que ella.

Ciertas noches no sale a pasear para dejarnos reflexionar, se cuando no está, cada noche la busco o ella me encuentra. Y mientras aquí sigo esperando el autobús, después de volar sin alas...vuelvo al
mundo real.

viernes, 18 de mayo de 2007

Ritual

Son las 8 de la mañana, las sabanas descansan sobre su piel, en penumbra el cuarto se deja inhundar por un dominó de luz. Abre los ojos, su mente está en blanco, sus músculos relajados, respira profundamente, nota como late su corazón, de fondo escucha una canción que hace que se ponga en marcha. Se deja llevar... pasan los minutos y el olor a café y tostadas va avanzando hasta invadir cada rincón del piso. Le gusta andar descalza para sentir el suelo bajo sus pies, el frío mármol contrasta con su taza caliente. Se ducha con agua fría para estar despejada, unos vaqueros, una camiseta de manga corta y sale a la calle con sus cascos puestos.
Mira hacia arriba, el cielo azul intenso y alguna nube blanca entre medias, camina rápido, con pasos largos y decididos, sus largas piernas hacen que casi vuele; el mundo se para y empieza a ir al ritmo de su música, eso solo lo sabe ella. Se cruza con los extraños conocidos de cada día, en el mismo lugar, a la misma hora, si algun día va tarde no hace falta que mire el reloj. Miradas encontradas que hablan sin pronunciar palabra, miradas que la siguen, complices por el momento, saludos ocultos en el brillo de los ojos.
El sol roza su piel y siente su calor, su destino está cerca, aminora el paso para disfrutar de las sensaciones, es su mejor momento del día...Llega al hospital, baja las escaleras mirando sus graciosos zapatos rojos, entra al gimnasio derrochando vida y mientras se cambia...mantiene en su memoria la última canción que escuchaba para poder abstraerse y recuperar la paz con la que ha empezado el día sin que nadie se entere.

miércoles, 16 de mayo de 2007

Un nuevo día

Os doy la bienvenida a esta parte de mí, de mí cabeza y mis sentimientos.
Tan solo he vivido la mitad del día y ya estoy deseando que llegue la noche para que acabe. Por que hay días que es mejor no abrir los ojos. Estas en la cama, suena el despertador, miras al techo...y sabes que no será un buen día. Y te dan ganas de no levantarte por que sabes que al final acabarás explotando o pagándola con quien menos lo merece. Pero tu sigues adelante, como debe ser, te pones esa canción que tanto te anima, te pegas una buena ducha para que se lleve la energía negativa y te das un homenaje en el desayuno; pero sigue habiendo algo raro dentro de ti...Va pasando el día, y te vas guardando cosas dentro, hoy estas más susceptible de lo normal y todo te molesta un poco, y lo que quieres es estar sola aunque a la vez necesitas mucho cariño. Y sigue pasando el día, y parece que te vas animando y te vas sintiendo mejor por ello; pero en ese momento llega otra persona y te dice..."uiii que mala cara tienes? Hoy no tienes un buen día eh? Estas más seria de lo normal..." Y ahí todo se vuelve a venir abajo, y con tu mejor cara y sonrisa, le contestas: "que va, no me pasa nada, estoy como siempre pero no he dormido muy bien esta noche". Y la otra persona empieza que si llevas razón, que ella tampoco ha dormido bien, por el calor y demás...así que tu cara deja de ser el centro de atención, el tema ha derivado al sueño. Y mientras la otra persona está contando sus historias, tu estas dándole vueltas a la cabeza de nuevo a todo, tu cara cambia por completo y ahora si que eres cociente de como estas. Empiezas a hervir por dentro..pero consigues cotrolarte...hasta que te vas al servicio, te miras al espejo y ya no puedes más...las lágrimas empiezan a asomar por tus ojos vidriosos...pero controlate!que como empieces no paras!! Vuelves a salir y acabas el día como puedes, mantienes el tipo por la calle, el portal..pero es cerrar la puerta de tu casa y convertirte en una magdalena. Y no puedes parar pero eso es bueno por que necesitabas liberar esa energía por algún lado. Es uno de esos berrinches que cuando acabas te duele la cabeza y no sabes ni donde estas, con la cara arrugada de espachurrarla contra el cojín...y cuando ya no hay más llanto, llega la calma y vuelve la paz a ti. Que agusto se queda una. Creo que seguiré con este método de liberación de energía incontrolabe hasta que me compre un saco de boxeo..en el que combinaré las lágrimas con los golpes..
Yo ahora estoy más suave que un guante...por que aun me queda la otra mitad del día...
Hakuna Matata! ;)