Belladona...

...deriva de Atropos la inevitable hija de la noche y Erebeo, la más vieja de las tres parcas encargadas de cortar el hilo de la vida. Las damas romanas usaban su jugo para embellecer su mirada, se vincula a una hechicera encantadora a la que es peligroso mirar, los sacerdotes romanos la bebían antes de hacer las súplicas de victoria a la diosa de la guerra. En las bacanales se mezclaba con vino y las ménades de las orgías dionisiacas, se arrojaban con los ojos dilatados a los brazos de los hombres que adoraban a este dios, o bien con los ojos de fuego, caían entre los hombres para despedazarlos y comérselos...

miércoles, 12 de septiembre de 2007

La estación


Alma estaba sentada en un banco de madera, del andén número 3. Su pierna derecha no paraba de moverse, estaba nerviosa y cuando era cosciente de ello paraba, pero no pasaba demasiado tiempo para volver a empezar con el compás. Miraba de un lado a otro, miraba el reloj, se mordía las uñas...estaba impaciente y los minutos no pasaban.
Llegó antes de la hora, no quería llegar tarde.
A su lado se sentó un señor mayor, de aspecto risueño,se quitó el sombrero, su pelo era blanco y hacía juego con su bigote. Se puso a leer el periódico, no parecía nervioso. Ella se preguntó a quién esperaría?
Cuando no tenía nada que hacer, disfrutaba viendo pasar a la gente, observando su forma de caminar, mirando sus caras,su gesto, sus ojos, su forma de vestir para así poder imaginar que pensaban en ese instante o hacía donde podían dirigirse.
Un niño pequeño correteaba de un lugar a otro, con un coche de juguete en la mano. Su madre iba detrás de él, pidiendole que parara y advirtiendole del peligro de caer a la vía. Pero él seguía en su mundo, imitando el sonido del coche a toda velocidad como si se tratara de un rally.Por fin logró cogerlo, lo abrazó entre sus brazos y lo sentó encima suya entreteniendole con una canción.
Alma buscó en su memoria...esa canción le recordaba a una que cantaban en el colegio, cuando era pequeña, la tarareó en su mente pero pronto se distrajo con otra cosa. Una señora entró por la puerta, se quedó mirandola, pasó delante suya. Era mayor pero caminaba estupendamente a pesar de llevar un bastón muy elegante, Alma pensó que no le hacía falta pero le quedaba de maravilla. Ella decidió esperar de pie, al lado de una columna roja.
La estación estaba tranquila, estaba anocheciendo y había una brisa agradable, los días de calor empezaban a marcharse. De repente, un chico joven apareció corriendo y sobresaltado, llevaba una maleta, pensaba que iba a perder el tren, pero aun quedaban cinco minutos para que este llegara. Al ver a tanta gente allí se tranquilizó un poco, miró a un lado y a otro un poco avergonzado y le preguntó a la señora del bastón si el tren de las 21:30 había llegado ya.

-Tranquilo chico, has llegado a tiempo, le contestó.



Alma pensó en todo lo que una estación puede desencadenar...alegría, nostalgia, reencuentros, lágrimas emocionadas ,despedidas, cambios, lágrimas tristes,nuevos comienzos, flores, maletas, prisas, romper con todo, abrazos, besos, valentía, fortaleza, cansancio, vitalidad...etc..etc...

Se quedó ensimismada, sin darse cuenta que a lo lejos se aproximaba el tren, salió de su pensamiento, los nervios aumentaron aun más, se levantó, avanzó un poco mientras el tren iba deteniendose s
e arregló un poco el pelo...y las puertas se abrieron,una sonrisa de oreja a oreja..cubrió su cara y su alma.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

"...caminaba estupendamente a pesar de llevar un bastón muy elegante, pensó que no le hacía falta pero le quedaba de maravilla..."
ERES TU.
solo lo puedes escribir tu, no es la primera vez que lo oigo.

un bexi wapa.por los viejos tiempos...

Chouka_chan

Anónimo dijo...

Precioso post Belladona. Me ha gustado muchísimo.

Podrías contar una segunda parte, jeje. Estaría genial.

KissxxX